Las señales de tu cuerpo cuando te falta Vitamina D

A pesar de que en nuestro país contamos con abundante luz solar, más de la mitad de la población presenta déficit de Vitamina D, según revelan diversos estudios, entre ellos uno realizado por el Departamento de Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense.

Este fenómeno es sorprendente dada la disponibilidad de luz solar que tenemos en España, y la falta de esta vitamina afecta a diversas edades y géneros, siendo más común en mujeres que rondan la etapa de la menopausia.

A partir de los 40-45 años, la producción de vitamina D comienza a disminuir en todas las personas. Sin embargo, este problema no suele ser valorado, y los síntomas se manifiestan después de un periodo prolongado de déficit.

A pesar de que nuestro país acumula más de 2.500 horas de sol durante todo un año, la falta de vitamina D se atribuye al uso generalizado de protectores solares con alto factor de protección y a la baja exposición solar durante los meses del invierno.

Consecuencias de bajos niveles de Vitamina D

Factores, como el sobrepeso y la obesidad, también están vinculados al déficit de vitamina D, así como el color de la piel, ya que las personas con mayor cantidad de melanina sintetizan menos vitamina D.

Para abordar esta carencia, se sugiere aumentar la exposición solar sin protección, ya que cremas con un SPF mayor de 8 eliminan en un 100% la síntesis de vitamina D. El momento del día también es crucial, ya que la radiación ultravioleta necesaria para la síntesis es menor en las primeras o últimas horas del día.

La vitamina D, que se considera en realidad una hormona, desempeña un papel esencial en varios órganos y sistemas del cuerpo, incluyendo los huesos, el páncreas, el sistema cardiovascular y el sistema inmunológico. La falta de esta vitamina puede llevar a problemas como la osteoporosis, ya que afecta la mineralización de los huesos.

Señales en tu cuerpo

Las señales de déficit de vitamina D incluyen dolor muscular, debilidad y dolor en los huesos en personas de todas las edades. En niños, puede causar calambres musculares y afectar el desarrollo del esqueleto. Durante la menopausia, el déficit de vitamina D se vuelve especialmente relevante, ya que, combinado con la disminución de la producción de estrógenos, puede afectar negativamente a los huesos.

Aunque la exposición al sol es la principal fuente de vitamina D, también se puede obtener a través de la dieta. Pescados grasos, setas, champiñones y alimentos ricos en calcio, como lácteos, quesos, sardinas, brócoli y almendras, son opciones para aumentar la ingesta de esta vitamina. Además, los alimentos como el aceite de hígado de bacalao, anguila, angula, aceite de salmón, caviar, atún fresco y en conserva, carpa, arenque y congrio son especialmente ricos en vitamina D.

A medida que aumenta la conciencia sobre la importancia de la vitamina D, se espera que las personas adopten medidas para abordar su déficit, equilibrando la protección solar con la necesidad de exposición adecuada para mantener niveles saludables de esta vitamina esencial. La investigación y la educación continua serán fundamentales para abordar este problema de salud pública y fomentar hábitos que promuevan el bienestar óseo y general de la población.


Quizás te interese: