La Vitamina D puede ser tu aliado para prevenir las enfermedades respiratorias del invierno

La temporada invernal viene acompañada de su característico aumento de enfermedades respiratorias y resfriados, lo que subraya la importancia crítica de fortalecer el sistema inmunológico para prevenir y combatir estos trastornos, y eso lo podemos hacer con la ingesta de Vitamina D, un elemento relativamente escaso en los meses más fríos y oscuros del año.

Si bien la vitamina C ha sido tradicionalmente el foco principal en la lucha contra los resfriados, la vitamina D emerge como una figura esencial para la salud inmunológica, desempeñando un papel que va más allá de fortalecer los huesos. La clave para afrontar con éxito los desafíos invernales radica en la incorporación de una dieta rica en vitaminas D, C, B6 y zinc.

Las autoridades de salud, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional de Salud (INS), han subrayado la importancia de la vitamina D en varios aspectos de la salud.

Vitamina D para evitar resfriados

La OMS destaca su papel en la absorción de calcio para la salud ósea y dental, mientras que el Instituto Nacional de salud señala su relación con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

Las cantidades diarias de vitamina D varían según la edad y el estado fisiológico. Desde los 10 microgramos (400 UI) en bebés hasta los 20 microgramos (800 UI) en adultos mayores de 71 años, estas pautas buscan garantizar niveles adecuados del nutriente esencial.

Los beneficios de mantener niveles adecuados de vitamina D son múltiples: No solo fortalece las defensas del cuerpo, reduciendo el riesgo de infecciones respiratorias, sino que también desempeña un papel crucial en la inmunidad innata. Directamente involucrada con macrófagos y células dendríticas, componentes fundamentales del sistema inmunológico, la vitamina D protege contra patógenos y refuerza la capacidad del cuerpo para defenderse.

Además de sus beneficios inmunológicos, el mantenimiento de un equilibrio adecuado de vitaminas y minerales contribuye al bienestar general, incluido el estado de ánimo. Durante los meses invernales, cuando la exposición solar disminuye, es crucial buscar fuentes dietéticas o suplementos para asegurar niveles óptimos de vitamina D, brindando una doble protección tanto física como emocional.

Los adultos mayores, en particular, enfrentan desafíos en la síntesis de vitamina D debido a la reducción de la exposición solar. Aquellos que no pueden exponerse regularmente al sol presentan riesgos adicionales. La deficiencia de vitamina D puede tener consecuencias graves, desde afecciones óseas y musculares hasta el raquitismo en niños y osteomalacia en adultos.

Cómo obtener Vitamina D

Para obtener vitamina D, se pueden explorar diversas fuentes, como la exposición moderada al sol, alimentos específicos y suplementos. Los pescados grasos, los aceites de pescado, los productos lácteos enriquecidos, la yema de huevo, los hongos expuestos a la luz ultravioleta y alimentos fortificados son ejemplos de opciones alimenticias ricas en esta vitamina.

Además, los suplementos dietéticos de vitamina D, disponibles en D2 o D3, pueden ser una opción para aquellos que no pueden obtener suficiente vitamina D de otras fuentes. Se recomienda consultar a un médico para determinar la dosis adecuada.

En la búsqueda de una salud óptima invernal, no solo la vitamina D destaca como protagonista. Otros alimentos y nutrientes, como frutas cítricas, ajo, jengibre, yogur probiótico, caldo de pollo, almendras, semillas de girasol y pescados grasos, pueden fortalecer el sistema inmunológico y contribuir a la prevención de enfermedades, incluida la gripe. Mantenerse bien hidratado también es esencial para la salud general y puede ayudar a prevenir infecciones respiratorias.

Por tanto, la prevención de resfriados y enfermedades respiratorias en la temporada invernal va más allá de la vitamina C. Una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, especialmente la vitamina D, junto con otros nutrientes clave, es esencial para fortalecer el sistema inmunológico y promover la salud durante los meses más fríos del año.


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