La pensión de jubilación, como uno de los pilares fundamentales del sistema de Seguridad Social, representa una red de seguridad vital para quienes ya han dejado atrás su vida laboral activa.
Esta prestación garantiza ingresos estables en una etapa de la vida en la que la capacidad para generar ingresos puede disminuir. Sin embargo, surgen interrogantes sobre cómo ciertos eventos, como las bajas laborales, pueden afectar esta fuente crucial de ingresos en el futuro.
Es normal que muchos trabajadores se pregunten si las bajas laborales afectan su pensión de jubilación. La respuesta a esta pregunta es crucial para aquellos que están planeando su futuro financiero. La Seguridad Social ha abordado esta preocupación, buscando proporcionar claridad sobre cómo las bajas laborales pueden influir en la pensión de jubilación de un individuo.
Así afecta la baja laboral a tu jubilación
Para entender cómo se calcula la pensión de jubilación, es importante tener en cuenta varios factores, como la cantidad de años cotizados y la base reguladora. En España la edad de jubilación puede variar dependiendo del número de años cotizados. Si un individuo tiene menos de 38 años cotizados, la edad de jubilación es de 66 años y seis meses, pero si tiene 38 años o más cotizados, la edad de jubilación es de 65 años. Estos datos son fundamentales para comprender cómo las bajas laborales pueden afectar la pensión de jubilación.
Es crucial destacar que las bajas laborales no interrumpen las cotizaciones a la Seguridad Social. Esto significa que, incluso durante un período de baja laboral, el trabajador continúa acumulando tiempo y dinero para su futura prestación de jubilación. Por lo tanto, aquellos que están preocupados por cómo una baja laboral puede impactar su pensión de jubilación pueden estar tranquilos en este sentido.
La Seguridad Social aclara que bajas afectan a la jubilación
Es importante diferenciar entre las bajas laborales que afectan la pensión de jubilación y aquellas que no. Según la ley, hay varios tipos de bajas que sí cuentan para el cálculo de la futura pensión de jubilación. Estas incluyen las bajas por riesgo durante el embarazo o la lactancia, el descanso por maternidad, el cumplimiento de deberes de carácter público y las incapacidades temporales por enfermedad común o laboral, accidentes no laborales o profesionales. Estos periodos se tienen en cuenta a menos que existan irregularidades.
Un aspecto importante a considerar es el escenario de la incapacidad permanente. Cuando una enfermedad no mejora con el tiempo y se determina que el individuo no podrá reincorporarse al trabajo en el futuro previsible, se declara una incapacidad permanente. En estos casos, las cotizaciones a la Seguridad Social cesan, pero el trabajador comienza a recibir una ayuda económica equivalente al 75 % de la base reguladora de la pensión de jubilación.
Por tanto, aunque las bajas laborales pueden generar preocupación en cuanto al futuro financiero, es fundamental comprender que, en la mayoría de los casos, estas no afectan negativamente la pensión de jubilación. Por el contrario, la legislación prevé mecanismos para garantizar que los periodos de inactividad laboral por motivos médicos no perjudiquen la seguridad financiera de los trabajadores en su etapa de retiro. Esta información proporciona tranquilidad y claridad a aquellos que están planeando su jubilación y desean asegurarse de que están tomando decisiones financieras informadas.