Divorcio o separación. Así afecta a la pensión de viudedad

Es esencial comprender la distinción entre divorcio y separación, especialmente cuando se trata de la pensión de viudedad tras el fallecimiento de un ex cónyuge o pareja.

Aunque las normativas recientes han ampliado los derechos de los sobrevivientes, aún existen matices importantes que deben considerarse para acceder a esta prestación vital.

La pensión de viudedad, compatible con cualquier otra fuente de ingresos, se ve influida por la relación conyugal del fallecido con los posibles beneficiarios. Un divorciado, por ejemplo, puede tener derecho al 100% de la prestación si el difunto no contrajo matrimonio nuevamente.

Diferencia entre divorcio o separación

La separación matrimonial puede manifestarse de dos maneras: de hecho o legalmente. La separación de hecho ocurre cuando los cónyuges deciden interrumpir su convivencia sin implicaciones legales. Por otro lado, la separación legal está regulada por el Código Civil y requiere al menos 3 meses desde la celebración del matrimonio, a menos que exista un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad o la moral de alguno de los cónyuges o de los hijos. Puede ser decretada por vía judicial o ante notario, siempre que los cónyuges lo soliciten de mutuo acuerdo. Sin embargo, si hay hijos menores o mayores que reciben apoyo judicial, la separación debe llevarse a cabo por vía judicial.

El divorcio, en cambio, es una forma de poner fin al matrimonio, permitiendo a los cónyuges disolver su unión y contraer matrimonio nuevamente si lo desean. Regulado en el Código Civil, puede llevarse a cabo por vía judicial o de manera simplificada ante el Letrado de la Administración de Justicia o el notario, siempre y cuando exista mutuo acuerdo entre los cónyuges.

Ambos procedimientos pueden ser de mutuo acuerdo o contenciosos, requiriendo la presentación de un convenio regulador que establezca las medidas a tomar en relación con la vivienda, los hijos y otros aspectos económicos y patrimoniales. Los efectos legales de la separación y el divorcio son similares, incluyendo la cesación de la presunción de convivencia conyugal, la revocación de poderes y consentimientos entre los cónyuges, la determinación de la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, entre otros. Ambos procesos también requieren la inscripción en el Registro Civil.

Cómo afecta a la pensión de viudedad

Para optar a la pensión de viudedad, una persona divorciada o separada judicialmente debe demostrar que es beneficiaria de una pensión compensatoria y que no ha vuelto a casarse o formar pareja de hecho. La situación difiere si la separación no fue judicial y aún figuraban como casados en el Registro Civil. En este caso, deben tener hijos en común durante al menos un año o una convivencia mínima de dos años.

En el caso de parejas de hecho, se requiere que formalizaran su unión al menos dos años antes del fallecimiento y que convivieran juntos durante al menos cinco años, o que tuvieran hijos en común. Además, el fallecido debe haber cumplido con ciertos requisitos, como cotizar un mínimo de 500 días dentro de los cinco años anteriores, en caso de fallecimiento por enfermedad común.

La cuantía de la pensión de viudedad para personas divorciadas o separadas suele ser del 52% de la base reguladora, pudiendo aumentar hasta el 70% en caso de tener cargas familiares.

Si la persona fallecida había rehecho su vida, el importe se reparte entre el cónyuge superviviente y el divorciado o separado, garantizando al menos el 40% a favor del último cónyuge. Las parejas de hecho reciben la pensión según lo establecido por ley. Este complejo entramado de normativas y requisitos resalta la importancia de comprender a fondo las diferencias entre divorcio y separación en el contexto de la pensión de viudedad.


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