Como pilar básico del sistema social, la seguridad social proporciona a los ciudadanos una red de protección económica frente a diversos acontecimientos que puedan afectar sus vidas. Desde incapacidad permanente hasta prestaciones por maternidad y cuidado de hijos, las cotizaciones son un requisito ineludible para acceder a estas prestaciones. Sin embargo, los requisitos son diferentes para cada tipo de beneficio y es fundamental entenderlos para poder planificar adecuadamente nuestro futuro.
Pensión ordinaria de jubilación en el régimen general
Uno de los pilares básicos del sistema de seguridad social es una pensión de vejez adecuada. Para acceder a él se requiere un período mínimo de cotización de 15 años, de los cuales al menos 2 deben estar incluidos en los 15 años anteriores al momento del derecho.
Si no se alcanzan los 15 años de cotizaciones, existe la opción de una pensión de vejez no contributiva, pensada para quienes no cuentan con medios económicos suficientes para sobrevivir.
Es importante destacar que se ha pospuesto la edad legal de jubilación, pero también existe la posibilidad de jubilación anticipada, ya sea voluntaria o involuntaria, con coeficientes reductores que inciden en el importe final de la pensión.
Prestación de incapacidad permanente del régimen general
La incapacidad permanente se divide en diferentes grados, cada uno de los cuales tiene sus propios requisitos. La incapacidad parcial permanente, que supone que se reduce el rendimiento del trabajador sin impedirle realizar tareas esenciales, exige una cotización mínima de 1.800 días en los 10 años anteriores.
La incapacidad permanente total, que impide al trabajador realizar todas sus funciones habituales, requiere un período de cotización que varía según la edad. En los casos de gran invalidez, el trabajador necesitará ayuda para las actividades esenciales de la vida y el importe de la prestación será mayor.
Subsidio por nacimiento y cuidado de un hijo.
Las prestaciones de maternidad y cuidado de los hijos están diseñadas para proteger los períodos de descanso y licencia asociados con el parto, la adopción o el acogimiento. Entre los requisitos se incluyen estar afiliado, registrado o en situación de alta y un período mínimo de cotización que varía según la edad.
No se exige periodo de cotización a los trabajadores menores de 21 años en las circunstancias anteriores. Sin embargo, a medida que aumenta la edad, también aumentan los días de cotización requeridos.
Beneficios por muerte y supervivencia
Estos beneficios tienen como objetivo compensar una situación de necesidad económica que se produce tras el fallecimiento de una persona. El subsidio de viudedad o orfandad exige que el fallecido esté incluido en el sistema general de seguridad social y cumpla con un período mínimo de subsidio.
En caso de fallecimiento por enfermedad común, se requieren 500 días de aportes de los últimos 5 años. Para la asistencia por duelo no se requiere periodo de cotización previo.
Es importante señalar que si el fallecimiento es consecuencia de un accidente, ya sea laboral o no, no se requiere el período de cotización anterior.
Los cambios que nos traerá el año 2024 entre comillas
A partir del 1 de enero de 2024 se implementarán cambios en los requisitos de aporte para acceder a estos beneficios. Es fundamental tener en cuenta estos cambios a la hora de planificar nuestra carrera y nuestros planes de jubilación.
Teniendo todo esto en cuenta, la cotización es un elemento clave para acceder a las prestaciones que ofrece la Seguridad Social. Conocer los requisitos específicos de los beneficios individuales nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestra vida laboral y planificar nuestro futuro con mayor certeza. A medida que nos enfrentamos al cambio en el nuevo año, comprender estos aspectos se vuelve aún más importante para garantizar una jubilación y protección adecuadas en todas las etapas de la vida.
