La economía sumergida, difícil de cuantificar, junto con los pagos en efectivo, distorsiona la base impositiva, distorsiona la competencia y supone una carga adicional para los contribuyentes. Todo esto no presenta desafíos complejos en términos de transparencia, eficiencia y equidad fiscal.
La economía sumergida: un desafío global
El debate sobre la existencia de una economía sumergida se está extendiendo por todo el mundo, desafiando los esfuerzos de los países por medir, controlar y gravar esta actividad. En un mundo cada vez más globalizado, la economía sumergida no sólo representa una parte importante de la actividad económica global, sino que también presenta desafíos complejos para los gobiernos que intentan mantener la estabilidad económica y garantizar la equidad fiscal.
España y su lucha contra la economía sumergida
En el contexto español, diversos estudios atribuyen a la economía sumergida alrededor del 20% del PIB. Las causas de este fenómeno son diversas y van desde la incertidumbre y la rigidez del mercado laboral hasta los excesos regulatorios y burocráticos. La inestabilidad económica, la inflación y las elevadas cargas fiscales y laborales para las empresas, los trabajadores y las familias también contribuyen a este problema.
La elevada carga fiscal de España, combinada con la creciente inseguridad laboral, respalda la economía paralela, especialmente en actividades que requieren menos habilidades y donde los trabajadores son más vulnerables. La falta de conocimientos jurídicos, la urgencia de obtener ingresos y la naturaleza de las pequeñas empresas con bajos márgenes intensifican el uso de efectivo y crean un entorno propicio para la economía sumergida.
Consecuencias para los contribuyentes cumplidores
Quienes cumplen con sus obligaciones tributarias son los más afectados por la economía sumergida. Reducir este fenómeno no sólo aliviaría la presión fiscal en el país, sino que también promovería un entorno económico más eficiente y transparente. Sin embargo, surge la pregunta de si una disminución de la economía sumergida conduciría a una reducción real de las presiones fiscales o sólo conduciría a un aumento del gasto improductivo.
Beneficios de reducir la economía sumergida
Reducir la economía sumergida traería importantes beneficios. Un entorno económico más eficiente y transparente sería posible gracias a la simplificación del sistema tributario y regulatorio acompañada de incentivos para la formalización económica. Sin embargo, surgen dudas sobre si algunas medidas, como la reducción de la jornada laboral o el aumento del salario mínimo, podrían de alguna manera apoyar la supervivencia de la economía sumergida.
El papel esencial del efectivo
El efectivo desempeña un papel clave en la lucha contra la economía sumergida. El importe de las transacciones en efectivo facilita la evasión fiscal y dificulta el seguimiento de las operaciones económicas. La introducción de restricciones a los pagos en efectivo podría ser una medida eficaz, si no decisiva, para reducir la economía sumergida si existen incentivos para declarar las operaciones.
El euro digital y la desaparición gradual del efectivo
Con la futura introducción del euro digital y la desaparición gradual del efectivo, hay una fuerte señal de cambio. Estas herramientas, propuestas por el Banco Central Europeo (BCE), podrían desempeñar un papel clave en la lucha contra la economía sumergida. Sin embargo, existe incertidumbre sobre si estas medidas serán efectivas para erradicar la economía paralela o si se convertirán en meros mecanismos de control civil que limiten las libertades individuales.
Transformación hacia un sistema financiero transparente
El fin del efectivo y la lucha contra la economía sumergida plantean grandes desafíos para la estabilidad económica y la equidad fiscal. Reducir la economía sumergida traería beneficios tangibles, pero es fundamental analizar las medidas adoptadas para garantizar que no tengan efectos adversos.
El euro digital y la desaparición gradual del efectivo pueden marcar un hito en la transformación hacia un sistema financiero más transparente, pero su éxito dependerá de una implementación cuidadosa y la preservación de las libertades individuales. En este escenario de cambio, es fundamental mantener un equilibrio entre la eficiencia económica y la protección de los derechos individuales.