Adiós a las neveras y aires acondicionados actuales. Europa cambia las normas y todo será muy distinto en el futuro

El Consejo de la Unión Europea ha aprobado dos nuevas normas que buscan limitar el uso de gases fluorados presentes, entre otras cosas, en aparatos de aire acondicionado y frigoríficos. Conocidos por su alto potencial de calentamiento global, estos gases son el foco de preocupación ambiental y están esperando ser eliminados gradualmente para transformar completamente una industria que a veces no es muy respetuosa con el medio ambiente.

Europa en el camino hacia la sostenibilidad

La nueva normativa aprobada este lunes supone un hito en el compromiso de Europa con el medio ambiente. El objetivo principal es reducir la dependencia de sustancias extremadamente dañinas que dañan el medio ambiente, especialmente en productos cotidianos como refrigeradores y aires acondicionados. Estas medidas no sólo imponen prohibiciones y restricciones claras sobre sustancias nocivas, sino que también alientan el desarrollo de alternativas más respetuosas con el medio ambiente.

El ministro belga de Cambio Climático, Medio Ambiente y Democracia, Alain Maron, destaca la importancia de estas nuevas normas y el papel vital que desempeñan en la protección de la salud de las personas. Países como España, la República Checa y Suecia son reconocidos como pioneros en este esfuerzo y están dedicando un trabajo incalculable a implementar y hacer cumplir estas regulaciones.

Amenaza ambiental de refrigeradores y aires acondicionados.

Los gases fluorados, que se utilizan artificialmente para mejorar los procesos industriales, suponen una amenaza para el medio ambiente porque contribuyen al efecto invernadero. Estos gases incluyen hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y fluoruro de azufre (SF6) y su uso predominante es en sistemas de refrigeración y aire acondicionado, que son esenciales en refrigeradores y aires acondicionados. Sin embargo, también se pueden encontrar en sistemas de extinción de incendios, aerosoles y espumas aislantes térmicas y eléctricas.

El gobierno español señala que desde 1990 las emisiones de gases fluorados han aumentado significativamente en el país, sustituyendo los gases que agotan la capa de ozono por estos compuestos nocivos. A nivel europeo, los gases fluorados representan el 2,5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, duplicándose entre 1990 y 2014. Italia lidera las emisiones en la región, mientras que España muestra una tendencia a la baja gracias a diversas regulaciones introducidas desde 2013.

Eliminación progresiva y prohibiciones clave

La legislación europea estipula la eliminación gradual de los gases fluorados de aquí a 2050. Esta medida supone la prohibición de la comercialización de aparatos de aire acondicionado y frigoríficos que utilicen estas sustancias altamente contaminantes. La propuesta se centra principalmente en los hidrofluorocarbonos (HFC) con el objetivo de limitar gradualmente su consumo de aquí a 2050 y reducir su producción al mínimo (hasta un 15%) de aquí a 2036.

Se introducirá una prohibición total de comercialización de productos y equipos que contengan hidrofluorocarburos siempre que existan alternativas tecnológica y económicamente viables. La medida cubre una amplia gama de productos, desde refrigeradores y aires acondicionados hasta espumas y aerosoles domésticos.

Un futuro cada vez más sostenible

El Consejo de la Unión Europea ha esbozado un calendario concreto para la eliminación total del uso de gases fluorados. Para aires acondicionados, calefactores y equipos similares, el horizonte se fija entre 2030 y 2035. Este enfoque estratégico garantiza una transición ordenada hacia tecnologías más sostenibles y ecológicas.

Decir adiós a los frigoríficos y aires acondicionados actuales supone un paso firme hacia un futuro más sostenible en Europa. La eliminación gradual de los gases fluorados refleja el compromiso de la Unión Europea con la protección del medio ambiente y sienta las bases para una industria de refrigeración y aire acondicionado más limpia y responsable. Estas regulaciones no sólo cambiarán los productos cotidianos que utilizamos, sino que también harán una contribución significativa a la lucha global contra el cambio climático.


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